Los pequeños seres vivos que habitan dentro del suelo, y pueden contribuir a la restauración de la tierra.
El suelo es un ecosistema complejo y dinámico, hogar de una multitud de organismos que juegan roles fundamentales en su formación y funcionamiento. Entre estos organismos se encuentra la macrofauna edáfica, un conjunto diverso de pequeños seres vivos que, aunque a menudo pasan desapercibidos, son esenciales para la salud del suelo y, por ende, para el desarrollo de la vida.
La macrofauna edáfica son organismos con un diámetro corporal que puede variar entre los 2 a 20 mm (Swift et al., 1979), incluyendo por tanto lombrices, artrópodos y moluscos (por ejemplo, el caracol terrestre). Estos seres llevan a cabo procesos de descomposición de la materia orgánica, modifican la estructura del suelo mejorando su porosidad, entre otras cosas. Gracias a esto, facilitan la liberación de nutrientes que las plantas necesitan para crecer y desarrollarse, convirtiéndose así en piezas clave para la fertilidad del suelo y la productividad de los ecosistemas terrestres.
Tal es su importancia que estudios científicos destacan el potencial de este grupo de organismos como indicadores biológicos de la calidad del suelo (Ramírez et al., 2014; Cabrera, 2012), ya que las perturbaciones en el ambiente edáfico se ven reflejadas en la biodiversidad y cantidad de organismos de la macrofauna.
La degradación del suelo es una problemática grave y a nivel mundial. La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD por sus siglas en inglés) en abril de 2022 informó que hasta el 40% de la tierra del planeta se encuentra degradada. Esto pone en riesgo tanto a la productividad agrícola como a la biodiversidad subterránea que es crucial para la regeneración de los suelos y por consecuencia los ecosistemas en general.
Recordemos que estas especies ayudan a mejorar la calidad del suelo en el que habitan, por lo que es indispensable su presencia y buen estado. Es vital reconocer la importancia de la macrofauna edáfica en materias de conservación y recuperación de los suelos. Su presencia y actividad no solo pueden mejorar la fertilidad y estructura del suelo, sino que también pueden actuar como indicadores biológicos frente a la degradación.
Proteger estos organismos y garantizar su hábitat adecuado podría significar un importante paso para enfrentar la degradación del suelo y asegurar la sostenibilidad en el uso de los recursos naturales.
Bibliografía
Cabrera, G. (2012). La macrofauna edáfica como indicador biológico del estado de conservación/perturbación del suelo. Resultados obtenidos en Cuba. Pastos y Forrajes, 35(4). Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03942012000400001&lng=es&tlng=es
Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD). (2022). Degradación crónica de las tierras: las Naciones Unidas ofrecen serias advertencias y remedios prácticos en su informe Perspectiva global de la tierra 2. Recuperado de https://www.unccd.int/sites/default/files/2022-04/Spanish.pdf
Ramírez, W., García, Y., Sánchez, S., López, M., & Hernández, L. (2014). Caracterización de la macrofauna edáfica en sistemas de producción intensiva de césped. Pastos y Forrajes, 37(2), 158-165. Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03942014000200005&lng=es&tlng=es
Swift, M. J., Heal, O. W., Anderson, J. M. & Anderson, J. M. (1979). Decomposition in Terrestrial Ecosystems. Reino Unido: University of California Press. 74 p. Recuperado de https://www.google.cl/books/edition/Decomposition_in_Terrestrial_Ecosystems/hSWMkhdSfPAC?hl=es&gbpv=1&dq=macro&pg=PA74&printsec=frontcover
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